Las poblaciones del bosque, en Angola, solían comer nueces de cola y jengibre por la mañana temprano, para despertar y calentar el estómago hasta que llegaba la hora de comer algo más sustancioso, que suele ser a media mañana. El poema que transcribimos en este post, hace referencia al cambio de la tradicional cola y jengibre, por el desayuno europeo por parte de los habitantes de Luanda.
Hay una crítica al cambio de costumbres entre la gente, inevitable por cierto, pero que se ve de manera más acusada en los casos en los que encontramos una metrópoli y una colonia (Portugal y Angola), y así lo pone de manifiesto el poeta al contraponer los hábitos y los alimentos occidentales (pan, chorizo, café), frente a los hábitos y los alimentos tradicionales (maquezu: nuez de cola).
Y siempre, junto a la crítica, habrá presente un reproche, más o menos expreso, más o menos velado, al invasor, culpable de muchos de los males que aquejan al país. Es muy duro el verso en el que se afirma que los alimentos occidentales son los verdaderamente civilizados, e incluso, tienen el poder de civilizar al que los come, relegando a los que siguen alimentándose de cola, a la categoría de salvajes.
«Kuakiè!!!… Makèzú, Makèzú…»
La estampa de la abuela Ximinha
Es igual que sus paños
Ya no tiene el color chillón
Que tenía en otros años.
La abuela Xima es vieja
Pero por la mañana, temprano por la mañana
Pide permiso al reuma
Y en un paso poco práctico
Rasga pequeños caminos en la arena …
Allí se dirige a un anacardo
Que se eleva imponente
En el cruce de caminos
De la gente que va a Baixa.
Ni sirvientes, ni albañiles
Ni las alegres lavanderas
De esta nueva generación
De las «calles alquitranadas»
Escuchan los débiles gritos
De la vieja verdulera.
– «Kuakiè … Makèzú … Makèzú …«
– «Antonio, ves, ¿nada hoy?»
– «Nada hermano Filisberto …
Nuestro tiempo ha pasado … «
– «Pero hay gente que pasa …
¿Qué estás haciendo aquí? «
– «¡¿No lo sabes?! Toda esta gente
Tiene una nueva costumbre
Que dice civilizar:
Solo comen pan con chorizo
O toman café con pan …
Y encima dicen
(Hum… mbundo kène muxima…)
Que nuestro buen makèzú
Es para gente como tú».
– «No saben lo que dicen …
Porque aquí he vivido feliz
¿Y tenemos cien años tú y yo?
– Es porque nuestras raíces
Tiene la fuerza del makèzú…».

Por Manuel Barrera, colaborador de Mundo Orenda.