El drama de la inmigración me hace reflexionar y trasladarme estos días a Canarias. Por supuesto que no es el único sitio dónde ocurren estos hechos que a veces nos hacen plantearnos la vida, la sociedad y cómo queremos ser como personas.

 ¿De verdad hay gente que piensa que muchas personas salen de su país para venir al nuestro a ocupar su sitio? Todavía tienen que cambiar muchas cosas en nuestra sociedad para que la gente empatice con ciertos hechos. Nos acostumbramos rápido a escuchar malas noticias.

 Las personas que se juegan la vida en el mar son personas, como tú y como yo. No es justo. No es justo que ellas tengan que subir a cayucos para poder sobrevivir en un mundo donde no tienen ninguna oportunidad. Y menos justo es que los que logran sobrevivir tengan que enfrentarse luego a mil y una dificultades para poder empezar una vida nueva. Tampoco vivir estigmatizados de por vida, solo porque hayan tenido la mala suerte de nacer en un país maravilloso donde hay guerra, miseria, hambre.

Drama en el mar

Un problema mundial

El drama de la inmigración se extiende por todo el mundo y la gente acude a España y Europa por diversos motivos. En plena pandemia tuve la suerte de entrevistar a Kristina, de Europa del Este, que llegó a Valencia con su marido porque tuvo que huir de su país por motivos religiosos. Me abrió la historia de su vida, me hizo reflexionar y conocer también otros motivos en los que teniendo una vida en tu país de origen, otras cosas te obligan a marcharte para poder ser libre. Ella resume muy bien como desde que llegó su objetivo ha sido formarse, aprender el idioma y contribuir al desarrollo del destino. Puedes leer la entrevista aquí.

No todo depende de la solidaridad, claro está. Y eso lo sabemos y lo asumimos. Muchas veces las políticas de ayuda, los fondos que destine Europa, los países que se presten a acoger inmigrantes para darles una vida nueva… todo eso juega un papel muy importante. Y lo que se pretende desde muchas asociaciones como la nuestra no es crear un efecto llamada, todo lo contrario. Queremos ayudar en destino.

Sólo en 2020, más de 2000 personas murieron en el mar intentando alcanzar España. Y de esas personas, más del 85% fallecieron en la denominada ruta canaria. El mismo Defensor del Pueblo en España ya ha advertido de que en verano estas cifras se incrementarán y subirán en esas barcas o cayucos o para poner rumbo al que consideran, según Fernández Marugán, el mejor destino posible: aunque ello signifique un campamento en Canarias.

Ayudar en destino

Necesitamos que se acaben las guerras, el terrorismo, el miedo, el hambre, las miserias y los dramas en los que vive mucha gente en el mundo.

Por eso son necesarios, cada vez más, proyectos como Mundo Orenda, donde se intenta ayudar directamente desde el terreno. Con personas con un gran corazón como el de Rebeca, que recientemente ha podido viajar a Camizungo y a Angola para poder supervisar en persona los proyectos que tenemos a día de hoy en activo. Y también personas como tú, que nos estás leyendo, y sólo con eso nos dedicas parte de tu tiempo para que te contemos lo que hacemos en Camizungo.

Hay muchos niños, niñas, padres, madres, familias enteras que nos necesitan para que les demos herramientas para seguir y conseguir una vida mejor. Revisa aquí nuestros proyectos.

No podemos parar el drama de la inmigración, pero podemos hacer pequeñas cosas para contribuir y aportar nuestro granito de arena. En Nostos África recogen esta esencia de la que os hablo, y han conseguido poner en marcha un programa de formación en el que cinco chicos y chicas de Senegal sueñan con abrir un negocio en su país algún día. Desde Nostos África les ayudan con la formación y les acompañan en el camino para conseguirlo. Porque, ¿qué es la vida sin sueños?

Y eso es lo que hacemos en terreno en Mundo Orenda, con nuestros proyectos activos de formación y emprendimiento.

Te necesitamos y te agradecemos enormemente tu apoyo.

Por Alba Rocher – Colaboradora de Mundo Orenda